Establecida desde la era Paleolítica inicial, Eslovaquia o la República Eslovaca, como muchos lo llaman, es un país sin salida al mar en la Europa Central que limita con cinco países europeos: Austria, República Checa, Hungría, Polonia y Ucrania. El país se dividió en regiones por motivos turísticos siendo Eslovaquia occidental, central y oriental las más populares.
Eslovaquia alcanzó su independencia del imperio Austro-Hungaro en 1918 y desde ese momento este pequeño país narra historias notables sobre su bien conservada historia, las maravillas naturales, la tradición y la cultura.
Es un país de esplendor natural, monumentos históricos, castillos, paisajes espléndidos, cultura y tradiciones únicas, numerosos parques naturales y diversas reservas naturales. Ejemplos de adornos góticos, renacentistas y barrocos adornan muchas ciudades y también hay numerosos ejemplos de arquitectura folclórica de madera bien conservada.
Bratislava es la capital del país, que es una mezcla de barroco, socialista y moderno que atrae a muchos visitantes al estar muy cerca de otras ciudades europeas como Viena, Budapest y Praga. La naturaleza intacta, su gente, su diversidad y desarrollo histórico han convertido a Eslovaquia en un atractivo para los visitantes de diferentes partes del mundo.
Uno de los hechos más interesantes sobre este compacto país es que hay 180 castillos y 425 palacios, muchos de los cuales atraen a miles de visitantes cada año. El castillo medieval de Spiš, el castillo de Bratislava, el castillo de Orava o el castillo de Bojnice son los más populares. El país sigue sorprendiendo porque hay un total de 6000 cuevas y 1300 manantiales minerales que se han descubierto representando maravillas naturales únicas. También hay 9 parques nacionales y 14 áreas de paisajes protegidos por lo que esta región se convierte literalmente en un paraíso para los turistas. Eslovaquia pertenece a los países de la zona del euro aunque no es miembro de la Unión Europea.
El idioma oficial es eslovaco, y el euro es su única moneda. Los eslovacos son, por naturaleza, hospitalarios, amables y de mente abierta, y se asegurarán de que te sientas como en casa una vez que decidas visitar este destino turístico único en el corazón de Europa.